jueves, 22 de mayo de 2014

Cómo evitar que el divorcio afecte a nuestros hijos.

Cuando nos enfrentamos a un proceso de divorcio, son muchas las dudas que se nos plantean. Cómo decírselo o cómo debemos actuar con ellos son preguntas que debemos hacernos para que este proceso les afecte lo menos posible.

Ante situaciones como la descrita, son tres las reglas básicas que debemos seguir:

En primer lugar, hay que tener en cuenta que los que se divorcian son los padres, no los hijos, por lo que éstos no tienen porqué perder la relación con ninguno de los dos progenitores.
Las decisiones a tomar en un proceso de separación competen a los adultos. Es necesario dejar a los niños y niñas al margen de tales cuestiones.

Además, debemos tener muy claro es que los hijos e hijas tienen derecho a recibir del padre y de la madre “una imagen limpia”, y los padres y madres, la “obligación” de proporcionársela. La razón es sencilla: los niños y niñas no pueden tener otro padre u otra madre, y para su desarrollo personal integral es importante que la imagen que tienen de ambas personas, que son las más importantes en sus vidas, sea lo más positiva posible, y nadie, ni tan siquiera el padre o la madre, puede hablar mal, descalificar o criticar a la otra parte delante de los hijos e hijas.

Tercera regla de oro: los hermanos y hermanas tienen el derecho a vivir y crecer juntos; por tanto, los padres y madres no los separarán, y facilitarán el hecho de que convivan en la misma casa. Solamente a partir de la adolescencia avanzada, y siempre por voluntad propia, dejarán que los hermanos y hermanas puedan vivir separados.





Además hay que tener en cuenta otros factores igualmente importantes:

1. Es fundamental que se les diga que la separación es una decisión del padre y de la madre (aunque la decisión sea tomada por una de las partes).

2. Es necesario dar información ajustada a la edad de forma conjunta cuando la decisión está tomada y es firme.

3. Al niño o a la niña se le informa sólo sobre aquellos aspectos que pueda entender, utilizando para ello un lenguaje adaptado a su capacidad y comprensión.

4. Es necesario hablar con los hijos e hijas tantas veces como sea necesario para que lo entiendan, resolver dudas, miedos…

5. Conviene decir que es una decisión muy pensada o meditada, que pensáis que todos saldréis beneficiados y que no tiene vuelta atrás.

6. Comunicarle con quién vivirá, dónde y cómo se relacionará con el padre o con la madre que se vaya de casa (y dónde vivirá el padre o madre no custodio, cómo mantendrán la comunicación), qué cambios se van a producir para que, de esta forma, vaya preparándose y pueda asumirlo con mayor facilidad.

7. No prometáis lo que no vais a ser capaces de cumplir.

8. Recordad que tan importante es lo que se dice como el cómo se dicen las cosas (y lo que os calláis también es muy importante y necesario).

9. LA PRESENCIA DE AMBOS PROGENITORES ES NECESARIA PARA QUE EL NIÑO Y LA NIÑA SE SIENTAN SEGUROS. NECESITAN DEL AFECTO DE LOS DOS .



10. Controlar la emotividad al hablar con los hijos e hijas, para no dejarles preocupados. Esforzarse en comunicarlo de forma desapasionada.

11. Evitar señalar responsables, culpables o inocentes de la decisión de separaros.

12. No presentéis la separación de una forma irreal, en la que no va a haber problemas y en la que todos vais a ser felices desde el principio.

13. Y que al principio os costará a todos adaptaros a la nueva situación.

14. Transmitir las posibles ventajas de la nueva situación.





Lo que más puede ayudar a un niño es la ausencia de conflictos entre los padres, estando ambos atentos a sus necesidades emocionales y respondiendo a todas las dudas y problemas que le puedan surgir de una manera clara y adaptada a su edad. De igual modo, intentar también variar lo menos posible su nueva vida, de manera que siga realizando las mismas actividades, mantenga el contacto con todos los miembros de su familia extensa y amigos.

Otro punto importante es evitar las conductas sobreprotectoras con ellos. Las mismas pautas de educación que ya existían antes de la separación y que tenían ambos progenitores deben continuar, de manera que no se toleren ahora conductas que antes no se permitían.

En resumen, aunque es una etapa difícil y complicada, se pueden llevar a cabo una serie de pautas para que sea lo más llevadera posible. Está en nuestras manos el conocerlas y aplicarlas.

2 comentarios:

  1. Yo pensaba siempre que una separación con niños pequeños seria dura para todos, pero en mi caso que quiero separarme con mis hijas mayores de edad lo aceptan peor y me han dicho que si me separo no quieren saber nada de mi. Pero yo no soy feliz con mi pareja. No se que hacer para no perderas.

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    1. Siento que te encuentres en una situación como la que describes. Sí que es verdad que la idea más extendida es que con niños pequeños las separaciones son más traumáticas, pero si se hace bien no tiene porqué ser así. Más bien al contrario; muchas veces a los hijos adolescentes y adultos les cuesta mucho entender el porqué un matrimonio que lleva "toda la vida" bien ahora no funciona.
      Mi consejo es que si no eres feliz con tu pareja, te sientes a hablar con tus hijas e intentes hacerles ver que no quieres hacer daño a nadie, pero que lo mejor para tí es una separación. No es justo para ti que te hagan elegir entre tu felicidad y el estar con ellas. Si te mantienes firme en tu decisión, con el paso del tiempo es probable que acaben aceptándola.
      Mucho ánimo.

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