Todos hemos tenido a lo largo de nuestra vida tareas que hemos ido postergando, por una u otra razón, viéndonos muchas veces incapaces de acometerla. Aquí van cinco pasos que nos pueden ayudar a realizarlas.
Primer
paso: análisis de coste /beneficio
Hay
muchas razones por las que dejamos de hacer las cosas, postergándolas
para más adelante. Tenemos que analizar que ventajas que obtenemos
de ello (es más fácil no hacer nada, puedes evitar un trabajo
difícil, no corres el riesgo de fracasar....) y los inconvenientes
de no hacerlo.
Aquí
tenemos que ser muy sinceros con nosotros mismos y darnos cuenta de
que consecuencias estamos obteniendo de postergar aquello que no queremos
hacer y que beneficios obtendríamos si lo realizamos.
Al
realizar un análisis de todo ello, podemos hacer un balance de
costes/beneficios y ver que razones pesan más. Si los beneficios son
mayores, habremos superado el primer paso. Si por el contrario son
mayores los costes, convendría analizar de que manera los podemos
modificar antes de continuar y que no nos obstaculicen a la hora de
empezar.
Segundo
paso: Organizar un plan
Si
hemos decidido que las ventajas superan a las desventajas, es hora de
organizar un plan de actuación, comenzando por la hora del día en
que vamos a realizar la acción. Es importante ponernos un momento
concreto de inicio y evitar el “ya lo empezaré mañana”.
A
continuación, elaboraremos una lista con todos los posibles
problemas que puedan surgir y que nos impidan llevar a cabo nuestro
plan. Cuando los tengamos, podremos poner soluciones a todos esos
inconvenientes, de manera que no arruinen todas nuestras buenas
intenciones.
Tercer
paso: facilitar la tarea
Muchas
veces nos ponemos objetivos muy generales y ambiciosos: estudiar todo
lo atrasado, limpiar toda la casa, bajar diez quilos de peso...y no
nos damos cuenta de que la magnitud de estos objetivos basta para
desanimar a cualquiera. Es mucho más útil el ir desgranándolos en
pequeñas submetas de manera que sean más abarcables.
Vamos
a empezar por ponernos una meta alcanzable: realizar aquello que
estamos dejando durante 15 minutos, parece muy poco tiempo para hacer
cualquier cosa, sin embargo, tiene muchas ventajas:
- Al fraccionar la tarea en pequeños periodos de tiempo se hará menos agobiante
- Como es una meta corta,la podremos alcanzar muy fácilmente. La sensación de haber logrado lo que nos hemos propuesto alivia a menudo la tensión y nos motivará a un mayor esfuerzo.
- Si tan sólo nos hemos propuesto esos quince minutos no nos sentiremos tan tentados de postergarlo para otra ocasión.
- Se trabaja de manera más eficaz y productiva a intervalos cortos de tiempo.
Cuarto
paso: Pesar positivamente
Cuando
reflexionamos acerca de porqué no hemos realizado la tarea que
tenemos en mente, suelen acudir a nuestra mente pensamientos poco
realistas y negativos que hacen que de una manera muy sutil nos
vayamos autodecepcionando cada vez que postergamos algo.
Tenemos
que cambiar los pensamientos que obstaculizan la tarea por aquellos
que la faciliten. Así, por ejemplo, si tenemos que recoger la casa,
cambiar la idea “Tengo que limpiar a fondo todas las habitaciones “
por “No hace falta que limpie todo hoy, pero posiblemente me
sentiré mucho mejor si limpio la cocina y hago las camas.” Este es
un buen pensamiento para un primer paso..
Quinto
paso: Reconocer los méritos y no infravalorar los esfuerzos
Todos
solemos tender a centrarnos mucho en nuestros fracasos, y no prestar
atención a nuestros éxitos. De modo que felicitémonos cuando
hayamos empezado la tarea, en cada paso que demos y al acabarla. La
recompensa mental estimula la motivación para que hagamos más cosas
en un futuro.
Es fácil hacerle frente. ¿Te pondrás hoy a ello o lo dejarás para mañana?
No hay comentarios:
Publicar un comentario